Cuando uno llega a Daimiel (Ciudad Real), en pleno
corazón de la estepa manchega, se sorprende con el cambio brusco del paisaje:
Si antes era árido y marrón, tierra de secano, ahora se transforma en un vergel
de exuberante verdor con frondosísimos viñedos. Pero esto no era así antes,
porque antes claro que había viñedos, y muchos, pero las cepas reposaban sobre
el suelo, recibían poca agua y las cosechas eran menos abundantes que en otros
lugares –como Galicia- en donde las lluvias constantes hacen engordar las uvas
que crecen sobre cables que las aíslan del suelo para evitar la podredumbre.
Parece ser que en Daimiel tomaron este modelo para
obtener uvas más gordas y racimos más abundantes, así que elevaron las viñas
sobre cables para que no tocaran el suelo. Pero ¿y la lluvia? ¡Si allí llueve
muy poco! Pero la respuesta la encontraron en el subsuelo y comenzaron a
extraer agua del subsuelo para transformar lo que antes eran viñedos de secano
en viñedos de regadío.
El resultado: Inmensos campos verdes con vides frondosas
colgando de los cables y aparatos de riego por aspersión manteniendo la humedad
de estos cultivos… y dejando sin agua a uno de los últimos humedales que quedan
en el centro de la península ibérica: Las Tablas de Daimiel.
Esta es la triste realidad y estos son los datos (ver link adjunto) de cómo
está agonizando ahora el Parque Nacional de la Tablas de Daimiel:
https://azpressnews.blogspot.com/2025/06/el-humedal-que-muere-de-sed.html
https://azpressnews.blogspot.com/2025/06/el-humedal-que-muere-de-sed.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario