miércoles, 18 de septiembre de 2024

Si queréis saber de mí, estaré en mis blogs

Cuando queráis huir de las estupideces de las redes sociales, de los cientos de “amigos” a los que no habéis visto en vuestra vida, de los anuncios de publicidad engañosa, de las noticias que impulsan el pensamiento único, de los titulares engañosos para que pinchéis ahí y el dueño de ese sitio ingrese un dinero a vuestra costa, de las estupideces que la gente cuelga en esas redes sociales, de la obsesión por los ‘me gusta’, de la censura a todo lo que contradiga el pensamiento único…
 
Cuando queráis, simplemente, viajar por Internet a vuestro aire, siendo vosotros quienes elegís lo que queréis ver, siendo vosotros quienes os formáis vuestro propio juicio sin que nadie os diga lo que debéis pensar, cuando queráis simplemente un poco de libertad y de conocer otras cosas... pues una de esas “cosas” es lo que yo escribo: Sin pretender tener razón sino todo lo contrario, animándoos a que seáis vosotros quienes razonéis por vosotros mismos y lleguéis a vuestras propias conclusiones.
 
Ya voy a ir dejando estas manipuladas y censuradas redes sociales y me voy a quedar sólo con mis blogs. Allí podéis ir cuando queráis, sin que os asalten la publicidad engañosa, ni las noticias falsas, ni os impongan una determinada forma de pensar.
 
Os digo adiós, pero seguiré presente en “Diario AZprensa” y en “Palabras inefables”. Gracias por todo. Estos los enlaces:
 
“Diario AZprensa”: https://azpressnews.blogspot.com/
“Palabras inefables”: https://palabrasinefables.blogspot.com/

jueves, 23 de mayo de 2024

Publicidad y Periodismo


Si te gusta la Publicidad y/o si te gusta el Periodismo, no hay mejor lección que la experiencia, sobre todo cuando se sabe aprender de ella.

“De la Publicidad al Periodismo”:
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jueves, 21 de marzo de 2024

In memoriam de “El gañán enmascarado”

Estaba buscando información sobre diversos aspectos culturales de La Mancha, cuando me apareció en Internet un recorte de prensa en donde daban cuenta del fallecimiento, en marzo de 2020, de Pedro Salinas Moreno. Puede que mucha gente no lo conozca, sobre todo más allá de esta Comunidad Autónoma o de los aficionados al cómic, pero un buen día, en el año 2013, yo sí que le dediqué una entrada en mi blog “Palabras inefables”.
 
Pero vayamos por partes. Pedro Salinas (que no el poeta) fue un gran dibujante que puso al pueblo manchego de Tomelloso (Ciudad Real) en los anales de la historia del cómic. Tuvo la osadía de crear un superhéroe manchego, rural, de los nuestros, para combatir tanta tontería como hay en el mundo. A ese héroe le llamó “El gañán enmascarado”, el cual, a base de garrotazos hacía entrar en razón todo aquél que se lo merecía.
 
Para los urbanitas, que quizás desconozcan qué es eso de un “gañán”, les remito al “Diccionario Daimieleño – Español” (Vicente Fisac, Amazon) que comparte con Pedro Salinas el sentido del humor y define “gañan” como: “Especie autóctona de La Mancha, que se identifica por su blusón a rayas negras y grises, faja, boina, pañuelo con cuatro nudos en la cabeza, pantalón de pana, albarcas, celtas cortos y –posiblemente, porque el pudor impide mostrarlo- calzoncillos largos; conduce una bicicleta con trasportín para llevar las cepas y la azada; es persona noble, que disfruta tomando chatos de vino en el bar, aunque su aspecto y maneras son toscas”. Pero también el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) nos da su definición: “Mozo de labranza, hombre fuerte y rudo”. Y para quien no lo sepa, en las casas de labranza solía haber uno o varios gañanes y se dividían en varias categorías: mayoral, ayudador y zagales (mayor, segundo, tercero, etc.).
 
Pues bien, de entre todos los gañanes surgió de la imaginación de Pedro Salinas uno con superpoderes y una garrota implacable con la que impartía justicia para deleite y disfrute de los lectores. Pero…
 
…hay una historia que muy pocos conocen porque los poderosos lo ocultan. Y yo te la voy a  revelar:
 
¿Conoces al humorista manchego José Mota? Seguro que sí, porque todas las Navidades se asoma a las pantallas de nuestro televisor, al igual que podemos verlo en muchos otros programas de la televisión y también participa como invitado en otros muchos programas e incluso hace películas. Seguro que también conoces a muchos de sus personajes, Bartolo, la vieja del visillo, etc. y entre ellos quizás recuerdes a uno que se llamaba “El Tío la vara”, el cual impartía justicia en los campos de La Mancha arreando varazos en los costillares de los que hacían ostentación de tontería, de esa tontería tan actual que nos impone la “Agenda 2030” de la mano de políticos y de sus secuaces los “medios de manipulación”. Por eso daba gusto ver al “Tío la Vara” quitando tanta tontería a base de varazos. Pero después de una temporada de éxito, su creador, José Mota, decidió que muriera a manos de “El capitán Fanegas” y todos los seguidores de “El Tío la vara” nos quedamos muy tristes al ver que ya nadie nos defendería de tanta tontería como nos quieren imponer.
 
Ahora que has leído esto ¿no encuentras mucha semejanza entre “El gañán enmascarado” y “El Tío la vara”? Claro que la hay, como que son calcados, aunque uno sea personaje de cómic y otro personaje televisivo. La pregunta es ¿quién copió a quién? Y la respuesta es que el famosísimo José Mota copió a Pedro Salinas y le calcó el personaje.
 
El propio Pedro Salinas llevó esto hasta los Tribunales de Justicia y al cabo de un tiempo, acabaron dándole la razón. Por su parte, José Mota, para no tener que reconocer que suprimía su personaje por haberlo copiado, decidió darle muerte como ya hemos comentado.
 
Así que ya veis cómo en ocasiones, David vence a Goliat, y en este caso, un sencillo humorista y dibujante de Tomelloso hace valer sus derechos ante otro colega superpoderoso. Por todo ello, a las numerosas hazañas de “El gañán enmascarado·” hay que añadir que también fue capaz de derrotar al famosísimo “Tío la vara”. Nuestro “Gañán enmascarado” sigue imponiendo la ley en Tomelloso city y quien no le escuche, oirá el crujir de su garrota sobre sus costillares. Ni siquiera “El Tío la Vara” pudo con él.
 
Y así lo dejo escrito para que conste en los anales de la historia del cómic.
 
PD.- Ahora, tras la muerte de su autor, Pedro Salinas Moreno, ya no habrá más aventuras de “El gañán enmascarado”, pero aquellos que deseen conocer a este superhéroe, genuinamente español y manchego, pueden pedir a su librería habitual que le busque cualquiera de sus libros publicados. “El gañán enmascarado” y Pedro Salinas Moreno seguirán vivos en nuestro recuerdo.
 

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martes, 19 de marzo de 2024

Dejar de fumar es muy fácil

Dejar de fumar, dejar esta droga adictiva que te va quitando poco a poco el dinero, la salud, la calidad de vida e incluso la vida, es muy difícil; para eso las compañías tabaqueras añaden sustancias adictivas, para engancharte y que no puedas dejarlo. Y es legal porque los Gobiernos recaudan un dineral (4 euros de cada 5 que cuesta una cajetilla son impuestos).
 
Así que os contaré cómo dejé de fumar hace ya muchos años, por si os sirve de ayuda…
 
Como todos los jóvenes comencé a fumar porque eso era “de mayores” y todos los jóvenes quieren ser mayores. Además, veías en todas las películas cómo tus héroes favoritos fumaban y tú querías ser como ellos. Fumando te dabas importancia, te creías más mayor y más importante, te veías reforzado socialmente porque casi todo el mundo fumaba y era una costumbre social que tras el saludo y el apretón de manos entre dos conocidos lo que venía a continuación era la frase “¿un cigarrillo?”. Hasta era de  buena educación fumar y ofrecer tabaco.
 
Como le pasa a todos los que empiezan a fumar, el primer cigarrillo supo a rayos y dio tos y hasta arcadas y mareo, pero había que superar ese mal rato porque querías llegar a ser esa persona importante, ese héroe de película. Cuando al cabo de varios cigarrillos aquello ya empezaba a gustarte y empezabas a disfrutarlo… ya era tarde, estabas enganchado, te habías vuelto un adicto.
 
Me gustaba jugar al fútbol y un buen día me di cuenta que me fatigaba más de la cuenta. “¿Será por fumar?” me pregunté. Así que decidí hacer una prueba: El día anterior a los partidos me lo pasaba sin fumar. Y comprobé cómo me encontraba mejor físicamente y podía correr sin cansarme tanto. Decidí dejar de fumar, disfrutar del fútbol a tope… pero era muy difícil, como mucho aguantaba el día antes o dos días antes del partido sin fumar, pero no más.
 
Entonces comencé a analizar las verdaderas causas por las que yo había empezado a fumar, y que eran esas que ya he explicado antes: “ser mayor, sentirme importante, ver reforzada  mi vida social…”. Y entonces me pregunté: “¿Pero qué clase de individuo soy? ¿Es que acaso no tengo suficiente personalidad como para sentirme igual de importante sin necesidad de los cigarrillos? Decir ‘no´ cuando te ofrecen tabaco es la prueba más clara de que tienes una personalidad fuerte, de que decides por ti mismo y eres capaz de llevar la contraria”.
 
Y me di cuenta –por fin- que yo no tenía por qué valerme del tabaco para ser yo mismo, me di cuenta que tenía la suficiente personalidad como para decir “no” y hacer lo que me diese la gana. Porque el camino de la adicción al tabaco es muy sibilino. Comienzas fumando por placer, y cada vez que enciendes un cigarrillo lo disfrutas. Pero al cabo de un tiempo aquello cambia; no fumas por el placer que da fumar, sino que fumas porque te encuentras mal si no lo haces.
 
Afortunadamente supe retirarme a tiempo. Supe decir “no” a tiempo y demostrar que mi personalidad era lo suficientemente fuerte como para no necesitar ese cigarrillo entre los dedos, ni ese aceptar y ofrecer un cigarrillo a todo el mundo. Pero ¿te crees que fue fácil dejarlo? No. A pesar de mi convencimiento sólo lograba estar unos pocos días sin fumar y al cabo de un tiempo volvía a hacerlo, hasta que un buen día cogí una buena gripe y en tales circunstancias no apetecía fumar, así que me dije que aquella era la ocasión ideal para el adiós definitivo. Y así fue, tras una semana de gripe y sin fumar, pero con el convencimiento firme de que era yo el que tomaba las riendas de mi vida y que ya no la manejarían ni las tabaqueras, ni su publicidad, ni los amigos ni conocidos que seguían fumando, pude vencer la adicción y dejar de fumar a los 25 años (había empezado a los 17). Ahora tengo 75 años y subo las cuestas sin cansarme ni asfixiarme, y todas las semanas juego al tenis y corro de un lado a otro de la pista sin cansarme. Te aseguro que de haber seguido fumando no estaría así.
 
Espero que estas líneas sirvan de ayuda a alguien, que le haga despertar, que se atreva a dar un puñetazo en la mesa y decir –como hice yo en su día- “tengo la suficiente personalidad como para decidir por mí mismo y decir `no´ cuando me dé la gana”. Dicho de otra forma: Dejar de fumar es muy fácil, sólo necesitas tener suficiente personalidad para decidir por ti mismo sobre tu propia vida.
 

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lunes, 18 de marzo de 2024

El ultrasentido

Realidad, sueños, anhelos... Para Miguel la vida era un puzzle compuesto por miles de estas tres piezas y él era incapaz de distinguir cuáles correspondían a un sueño, a un anhelo o a la realidad; era como esas piezas de los puzzles donde solo se ve el color del cielo y por lo tanto no sabes en qué lugar exacto colocarlas.
 
Por las mañanas, nada más levantarse, se ponía a escribir lo que había soñado (¿o era quizás lo que había vivido y lo que ahora empezaba era un sueño?) y algunas veces también lo hacía por la tarde o por la noche. Solía acompañarse de una música melódica que ponía en su tocadiscos y recurría también a veces a un cigarrillo que deleitaba con parsimonia –aun a sabiendas que el tabaco no es bueno para la salud- y un cuba libre o un vodka con limón. Al adormecer así un poco sus sentidos externos, dejaba salir con mayor facilidad sus sentidos internos.
 
Un día, escribió esto...

EL ULTRASENTIDO 

“Niña ¡qué atrás se ha quedado el tiempo! ¿Recuerdas? No, ya no recuerdas nada. Los días vacíos han borrado tus entrañas. Un chalet en las afueras, un suelo verde con baldosas blancas, unos árboles pequeños, una piscina dormida. Es la tarde, y al más leve movimiento, surge el sudor. El aire adormece.
- ¿Te gusta? – te pregunto.
- ...Sí... – respondes tímida y sonríes.
 
Allí sentados, fuera del tiempo, te enseñaba poesía.
- ¿Qué es? – preguntaste.
- Es sentir, es la vida.
- No lo comprendo del todo; esto no tiene metro ni rima.
- ¿La tiene la vida acaso? No, ¿verdad? Por eso mi verso es como la vida: libre, sin reglas, siguiendo un ritmo, escrito al impulso de mis venas. ¿Lo ves ahora un poco mejor?
- Un poco.
- Esto es más que un papel con signos. Es profundo y hondo, con un relieve palpable al ultrasentido. Tócalo.
Así tu mano, por primera vez, rozó con temor e intriga esos signos. Te estremeciste un poco.
- Esto vibra – dijiste trémula.
- Es que quiere sentir tus dedos y decirte muchas cosas.
Y tu mano siguió el camino y, a veces, rozó la mía.
- Ha despertado tu ultrasentido –te dije.
 
Entusiasmada, como estabas, no detuviste tu camino. Me alegraba verte así, dominados tus instintos. Estabas abierta, tus músculos habían sido dormidos por tu mente. Quizás en aquellos instantes no funcionaba el reloj. El “¡Párate, oh, Sol!” de antaño lo habíamos logrado sin saberlo.
- Es maravilloso sentir algo que no vemos. Palpar ideas y sentirlas en toda su plenitud. Has logrado algo grande –me dijiste.
- Me alegran tus palabras, pero aún más el que las sientas. Todo ha de ser así, como tú has dicho: Palpar los sentimientos. ¿Comprendes ahora el por qué de estos versos? ¿Comprendes ahora su balanceo?
- Sí, lo siento – me respondiste.
 
La tarde, con su lenta monotonía, fue desgranándose y difuminando de rojo el cielo. Una voz te llamó y te perdiste. ¿No recuerdas aquella tarde? ¿Por qué no vuelves? ¿Acaso volvió a dormirse, ausente de mis manos, el ultrasentido que en una tarde perdida hice renacer? ¿Dónde se ha dormido tu esperanza? ¿Dónde se olvidaron tus recuerdos?
 
Niña, ¡qué atrás se ha quedado el tiempo!”.


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