Siempre me ha parecido irracional, nefasto y patético el comportamiento de los directivos de la industria farmacéutica hacia la Comunicación y la transparencia informativa. Se esconden de los periodistas y sufren si tienen que dar la cara, y cuando la dan lo hacen tarde y mal. Nunca son proactivos. Aquellos que tienen "alguien" que se ocupa de "eso de la Comunicación", esperan que les sirva de barrera para que no salga al exterior ninguna información de la empresa.
Claro que también ha habido algunas excepciones, aunque muy pocas. Afortunadamente yo pude vivirlas y disfrutarlas y así lo cuento en libros como "El legado farmacéutico de Alfred Nobel" y "La edad de oro de la industria farmacéutica" (ambos disponibles en e-book e impreso en Amazon).
Recientemente algo que leí en la prensa especializada me hizo reflexionar de nuevo sobre esto. Puedes leer el artículo en este enlace:
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pequeño lugar de La Mancha y sonreír al mismo tiempo, puedes echar un vistazo a
este peculiar diccionario.
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