Yo había estudiado la carrera de Publicidad y, dentro de ella, la creatividad y la redacción eran mi especialidad. Como había crecido rodeado de medicamentos (no es que estuviese enfermo, es que mi padre era farmacéutico) pensé que dedicarme a la publicidad en un laboratorio farmacéutico sería una buena opción (a la farmacia llegaban constantemente folletos de los Visitadores Médicos y yo me veía capaz de hacerlos mucho mejor). Por eso mi primer trabajo fue en el ya desaparecido laboratorio Latino-Syntex (antes conocido como Instituto Farmacológico Latino), un importante laboratorio (número 10 del ranking) con productos tan conocidos como la gama de vitaminas liderada por Cecrisina (vitamina C), la gama de productos dermatológicos Synalar, la gama de antiinflamatorios de la línea Tantum, el antipsicótico Haloperidol, el corticoide Cortidene, etc.
Año |
Millones pesetas |
1984 |
62,0 |
1985 |
72,8 |
1986 |
105,7 |
1987 |
156,2 |
1988 |
195,5 |
1989 |
210,7 |
1990 |
216,7 |
1991 |
186,5 |
1992 |
139,4 |
1993 |
147,7 |
Trabajo realizado en 6 meses |
Incluye: Diseño de la campaña, selección de proveedores
y… |
34 Folletos |
Creación, redacción, diseño, supervisión arte e
impresión |
15 Boletines Técnicos |
Corrección textos, supervisión maquetación e impresión |
23 Carteles |
Creación, redacción, diseño, supervisión impresión |
4 Octavillas |
Creación, redacción, diseño, supervisión impresión |
14 cartas |
Redacción, diseño, supervisión impresión y envío |
7 pegatinas |
Supervisión impresión |
15 anuncios prensa |
Creación, redacción, supervisión arte |
19 cuñas |
Redacción y supervisión grabación |
4 Audiovisuales |
Creación, redacción y supervisión montaje y grabación
sonido |
7 megafonías |
Redacción y supervisión grabación |
3 Expositores Punto de Venta |
Creación y supervisión diseño e impresión |
54 Regalos publicitarios |
Selección y supervisión grabación logotipos |
14 Otros elementos |
|
Año |
% Presupuesto Publicidad s/ Presupuesto Ventas |
1984 |
1,78 |
1985 |
1,82 |
1986 |
2,26 |
1987 |
3,02 |
1988 |
3,51 |
1989 |
3,41 |
1990 |
3,28 |
1991 |
3,18 |
Lo que hay que hacer son campañas de Publicidad, agrupando las acciones –con una buena planificación- en momentos y lugares concretos, y con un mensaje unificado, para que entre todas ellas se potencien mutuamente e impacte de manera más eficaz en el público objetivo.
Lo primero que hay que hacer es crear un estilo publicitario propio, una identidad corporativa para que cualquier elemento o acción de cualquiera de nuestros productos se identifique con la empresa que lo respalda. De esta forma incluso la campaña de un producto servirá para potenciar las campañas de otros productos porque el consumidor percibirá que todo eso corresponde a una misma compañía que cada vez le resulta más conocida, más familiar y, en consecuencia, de más confianza.
Por el contrario lo que hay que hacer es concentrar el esfuerzo en productos, zonas y tiempo concretos para que su notoriedad e impacto sea mayor. Por ejemplo, si sólo disponemos de presupuesto para 50 cuñas de radio, es tirar el dinero repartirlas entre cinco emisoras para que cada una de ellas emita una cuña al mes. Lo que hay que hacer –por ejemplo- es concentrar esas 50 cuñas en una misma emisora y durante cinco días consecutivos, para que al emitirse 10 diarias durante cinco días seguidos nos aseguremos que nuestro público objetivo va a recibir varios impactos delas mismas y por lo tanto va a calar en él el mensaje.
Lo que hay que hacer es utilizar muchos medios diferentes pero que todos coincidan con el mismo mensaje, lugar y tiempo. Si se hace una campaña en vallas –siguiendo el ejemplo anterior- se puede acompañar con anuncios de radio en las emisoras locales de esa zona, sumar una campaña por correo a los clientes de la provincia, colocar unos expositores de la campaña en los puntos de venta, repartir regalos publicitarios que recuerden la campaña, etc. Si al hacer todo esto, vemos que el presupuesto no nos da para cubrir toda la provincia –en este ejemplo- entonces hay que optar por concentrarlo sólo en aquellos pueblos o zonas con mayor potencial.
Está muy bien eso de hacer publicidad de los productos, que son los que nos dan de comer, pero si el destinatario final percibe que todos esos productos pertenecen a la misma compañía, la imagen positiva de unos se extenderá a la de los otros; por eso la imagen de la compañía debe estar bien visible y de forma uniforme en todas las campañas publicitarias de los productos. Por otra parte, es necesario que la propia compañía tenga sus anuncios y materiales publicitarios institucionales, dando así la imagen de una gran familia que conducirá a que cualquier nuevo producto que se lance en el futuro tendrá asegurado desde el principio un valor añadido por el simple hecho de pertenecer a tal compañía.
Pues esto debe ser justo al revés: El 90 por ciento del presupuesto se debe destinar a la publicidad y el 10 por ciento a los premios. ¿De qué sirve dar un permio muy grande o varios premios muy atractivos si el mensaje de esa promoción no llega con fuerza a todos los clientes potenciales? Siempre se puede buscar uno o varios premios que sean muy atractivos pero toda la publicidad que se haga alrededor de los mismos es la que va a impulsar el deseo de compra.
Una gran compañía no se basa en chapuzas sino que debe mantener su prestigio en los más altos estándares de calidad. Por esto, se debe contar siempre con profesionales y proveedores altamente cualificados, capaces de entregarnos unos materiales publicitarios de calidad intachable.
Lo que hay que hacer es utilizar proveedores que garanticen calidad y servicio, porque unos materiales de calidad trasladan esa calidad al producto anunciado. De igual forma hay que anunciarse en medios de reconocida calidad y prestigio, por esa misma razón. En cuanto a lo de ahorrar, a la hora de la verdad, si se gestiona bien, no suele haber tanta diferencia y en cambio la diferencia de imagen sí que es abismal,.
Se puede delegar en compañías de primer nivel, ya sean estas Agencias de Publicidad, imprentas, etc., aunque siempre es aconsejable estar muy encima de todos los procesos y guiarles en su realización. Lo que no se debe hacer nunca es delegar en proveedores de segunda fila y dejar que ellos hagan y deshagan a su antojo, entregándonos finalmente unos materiales que no reproducen fielmente nuestro logotipo, que no siguen el estilo de la empresa, que no ofrecen aspecto de primera calidad, que incluso tienen fallos en la locución (si es sonido) o en la impresión.
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