Esa red social llamada feisbuc (si la escribo bien, los
sistemas de “inteligencia artificial” detectarán y censurarán este escrito) se
ha convertido en un valioso aliado del “pensamiento único” que quieren imponer
a la población mundial para conseguir los objetivos de la “Agenda 2030” que
pueden resumirse (y ellos con la mayor caradura así lo reconocen públicamente):
“No tendrás nada y serás feliz”. Claro, porque todo será de una élite privilegiada,
cada vez más rica y poderosa, mientras que el resto de los mortales estaremos
abobados con el lavado de cerebro que nos hacen a través de los medios de comunicación
(¿por qué no empezamos ya a llamarlos “medios de manipulación”?). Pero, vayamos
a la historia que os voy a contar hoy…
Un periodista estadounidense, llamado John Stossel, puso
una demanda judicial a esa red social porque había calificado de “engañosa” una
información que este periodista había publicado sobre el cambio climático.
En su defensa, ante la juez del distrito, Lucy Koh, esta
red social alegó que los “verificadores de hechos” (queda más bonito decir eso
que llamarlos “censores”) que censuran determinadas publicaciones no pertenecen
a la red social sino que prestan ese servicio de forma externa a través de una
plataforma llamada “Climate Feedback” y que lo que hacen son “meras
declaraciones de opinión y no afirmaciones fácticas”, por lo que les ampara la
libertad de expresión. Es decir, el que publica no tiene derecho a la libertad
de expresión, en cambio el que censura sí.
Pero no contentos con eso, añaden con el mayor cinismo, que
las opiniones no pueden ser objeto de una demanda por difamación. Y se han
quedado tan panchos, y la jueza así lo ha consentido.
Resultado: las censuras que hace esa red social, tachando
de falso lo que le plazca, son meras opiniones que las ampara el derecho a la
libertad de expresión; en cambio, las opiniones de los censurados no tienen ese
mismo derecho a la libertad de expresión.
Y así estamos: en esa red social (pero también en otras)
los tentáculos del poder de la “Agenda 2030” censuran todas las opiniones e
incluso hechos, datos y cifras contrastadas, cuando van en contra del “pensamiento
único” que quieren imponer. A eso le llaman “verificación de la verdad” porque no
hay más verdad que la mentira que nos quieren imponer, y todo el que ose poner
en duda ese pensamiento único será censurado, ridiculizado e incluso perseguido
y represaliado.
Lo que ha sucedido con este periodista estadounidense llamado
John Stossel, no es mas que un simple ejemplo de la dictadura global que
estamos padeciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario