Cuando
los médicos hablan de enfermedades y pacientes suelen tener credibilidad, sobre
todo si su trayectoria profesional así lo merece. Tal es el caso del Dr.
Antonio Sitges-Serra (Barcelona, 1941) con una larga trayectoria de 40 años ejerciendo
la cirugía, la investigación y la consulta. Pero ¿qué pasa cuando una voz
autorizada como esta publica un libro titulado “Si puede, no vaya al médico”?
Lo primero, que nos deja perplejos, y lo segundo, que “expertos” tertulianos de
televisión, políticos e incluso algunas organizaciones médicas lo atacarán y desprestigiarán porque lo que dice va en contra del
orden establecido.
Claro que…
¿no sería mejor que lo escuchásemos y fuésemos nosotros mismos quienes nos
formásemos nuestra propia opinión respecto a lo que dice? Pues eso es lo que vamos
a hacer aquí…
Según
expone, uno de los males de la Medicina y de la sociedad actual es la
tecnología y uno llega a plantearse si no sería mejor no tener tantas máquinas
para hacer diagnósticos:
“Las máquinas muchas veces dan más problemas a los hospitales de los que solucionan. Unos escáneres de alta precisión pueden ser nefastos para la salud de los ciudadanos”.
Y es que
todo nos conduce al “sobrediagnótico” como muy bien explica: “Con la tecnología
de detección más avanzada, se encuentran enfermedades que en realidad no son
tales. No hay síntomas, el paciente está bien, va a una simple revisión y, con
el nuevo súper escáner de última generación, encuentran un cáncer de dos
milímetros en el tiroides. El médico te dice: ‘Hemos visto un cáncer de dos
milímetros’. Y tú crees ser un enfermo de cáncer, y te tratan como tal, aunque
en realidad no te pasa nada”.
Ese es el
principal riesgo del sobrediagnóstico: “Puede no dar la cara nunca. Pero una
vez que estás sobrediagnosticado, caes en un círculo vicioso de revisiones que
te harán dependiente del hospital, además del estrés, el miedo y la ansiedad. Y
eso, en caso de que el médico de turno no quiera darte quimio o incluso
operarte, siempre con la mejor intención, desatando una carnicería innecesaria.
Pues bien, esa carnicería no la provocó tu cáncer sino su diagnóstico. De este
modo es como la tecnología de detección precoz se convierte en un problema grave
para tu salud”.
En el
cáncer de próstata, por ejemplo, los urólogos reconocen que la mayoría de las
personas mayores mueren “con” cáncer de próstata, no “de” cáncer de próstata;
es decir, casi todos los varones mayores desarrollan cáncer de próstata que en
la mayoría de las ocasiones no les causará ningún problema, pero si empiezan
con biopsias, cirugía, tratamientos, etc., las consecuencias para su salud
pueden ser nefastas.
“Cuando
alguien se muere por cualquier causa, de vejez, por ejemplo, -dice el Dr.
Sitges-Serra- es muy frecuente encontrar cáncer de tiroides en el cadáver. El
20 por ciento de los pacientes que mueren de lo que sea lo tiene. Si tú compras
esta máquina tan fantástica que detecta tumores de menos de dos milímetros,
puedes acabar extirpándole el tiroides al 20 por ciento de la población por
nada. En Corea del Sur, un país absolutamente esclavo de la tecnología, es
justo lo que pasó. Fue una masacre. Miles de tiroides extirpados por cánceres inofensivos
que jamás hubieran dado la cara”.
“Los
diagnósticos aumentan con las máquinas ultramodernas, pero no la mortalidad.
¿Por qué? Porque detectan cánceres que no matan, ni dan síntomas ni nada. Otro
ejemplo: el 80 por ciento de los varones tiene cáncer en la próstata al morir.
Ha muerto de otra cosa, por ejemplo, de un infarto, pero tenía ese cáncer no se
sabe desde cuándo, sin que nadie lo viera y sin dar síntomas. Para la vida del
paciente, lo mejor es que no se lo detecten”.
Es lo que
tiene la sociedad moderna y la deshumanización de la Medicina: El diagnóstico
se deja en manos de las máquinas para no quitar tiempo al médico, ese tiempo
que antes se utilizaba para hablar con el paciente, escucharle y descubrir la
causa de sus dolencias. Y la obsesión por la prevención, ayudada por la ultra tecnificación,
nos conduce al sobrediagnóstico, verdadero cáncer de nuestra sociedad actual.
Es tan interesante escuchar al Dr. Sitges-Serra que mañana continuaremos
conociendo sus puntos de vista.
“Las máquinas muchas veces dan más problemas a los hospitales de los que solucionan. Unos escáneres de alta precisión pueden ser nefastos para la salud de los ciudadanos”.
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